El Último Verano, despidiendo al clásico cine de verano

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Un año más, en plena ola de calor, se presentan las numerosas propuestas para disfrutar del mejor cine al aire libre. Son los  cines de verano, una veterana tradición que ha llenado de sueños tantas plazas de pueblos y que lleva acompañándonos toda la vida. En el marco del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary (KVIFF), pudimos ver El Último Verano, primer documental de Leire Apellaniz dedicado al clásico cine de verano que todos hemos disfrutado durante tantos años que ahora se enfrenta a un nuevo reto: la llegada del cine digital.

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El Último Verano acompaña a la figura de Miguel Ángel Rodriguez, un veterano empresario que ha dedicado su vida al negocio de los cines de verano. Jefe y Administrador, Auxiliar de Producción, Coordinador, Conductor insomne, Proyeccionista… Miguel Ángel es una bestia que lucha por conseguir que cada noche no fallé ninguna proyección en los distintos pueblos en los que cierra proyecciones. El Último Verano es un retrato nostálgico sobre un negocio en declive realizado a modo de road movie y con un cierto aroma a western. El cine de verano ya no es lo que era. Estos pequeños empresarios como Miguel Ángel han invertido en cine analógico de 35 mm durante toda su vida, y ahora las grandes majors los han abandonado dando el paso al cine digital. Ya no hay copias en 35 mm y esto les obliga a reinventarse o abordar un negocio que les demanda una exagerada inversión de dinero. Pero Miguel Ángel es un superviviente, y no solo del negocio del cine de verano, sino que es una persona se come la pantalla el sólo. Peculiar y carismático, a veces al límite de la ley, Miguel Angel en ocasiones parece un personaje protagonista del guión de una de las películas de las que ha vivido durante toda su vida. Leire Apellaniz le acompaña durante dos veranos con un equipo de rodaje mínimo, lo que le ha permitido alcanzar un retrato intimo y fiel a la asombrosa figura de Miguel Angel: un trabajador devoto al cine. Leire Apellaniz aboga con su propuesta al cine más independiente, personal y combatiente; encontrando en Miguel Ángel a un compañero ideal para ilustrar la otra cara del cine; la más desconocida pero igual de necesaria.

Pero El Último Verano es también un documental nostálgico sobre el fin del cine analógico y la muerte del 35. Un formato, que para muchos devotos, conservará siempre la magia artesanal del cine, en contraposición a la digitalización del cine actual. Un cambio de formato que marca un cambio de era en el cine. Cómo la escena de El Último Verano dónde vemos como el proyector digital del Cine Berlinga de Madrid aparta al mítico proyector de 35mm gracias a una plataforma mecánica. ¿Cómo podrá sobrevivir el cine de verano realizado por pequeños empresarios a estos cambios? «Estáis jodidos» reza un diálogo del documental, que no frena la ambición de Miguel Ángel y tantos otros para que este verano no sea el último. El cine de verano de alguna manera sobrevivirá y se mantendrá fiel a esas noches dónde el calor baja para dejarnos soñar con un film proyectado al aire libre.

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