11 de Octubre: Crónica Novena Jornada de Sitges 2014

Y llega el final, el último día de 11 intensas jornadas de festival, en un pueblecito de encanto cerca del mar. Después de los largos días que nos planificamos repletos de visionados, para el último sábado tocaba un poco de descanso.
Por la mañana tocaba rueda de prensa con el palmares de esta edición. Un enérgico Ángel Sala nombraba uno tras otro los premios y nombres que han pasado por las distintas salas del Festival de este año.

De todo el palmares, destacamos el premio del público a What we do in the shadows, un mockumentary sobre vampiros australianos al estilo reality de Quién vive ahí mezclado con Gran Hermano. Una sátira desternillante sobre las costumbres y la vida de cuatro personajes nocturnos que encandiló al Auditori del Melià el día del pase. Por otro lado, destacamos el premio a I Origins, de Mike Cahill, que fue galardonado como mejor película y que sigue las pautas de la ciencia ficción en casi la plenitud de su guión. Un tema tan personal e intransferible como es el iris humano puede llegar a marcar la identidad de una persona y su forma de ser. Además del relato amoroso y religioso del film. Le dedicamos un gran «Bravo!» durante nuestra entrevista con él, que en breve tendréis disponible en la web. Y por otro lado, destacar la ausencia de premios para It Follows, un película de terror psicológico que explora la mente humana y su debilidad, con actuaciones juveniles bastante normales pero con un sentido y un guión bastante bueno. The Voices, una comedia negra sobre los desordenes mentales, obra de Marjane Satrapi, con un sorprendente Ryan Reynolds como el protagonista que lo ve todo desde el lado bueno. Y In order of disappearance, Stellan Skarsgaard vengativo y cómico dentro de la imponente naturaleza nórdica, en una película dónde la ejecución de la idea nos parece más que brillante. Para nosotros fue de lo mejor del festival.

Destacar de la gala de clausura el poco dinamismo que tiene y lo aburrido y largo que se hace la sucesión de nombre y títulos con apenas equipo técnico o artístico para recoger los premios.

A continuación os dejamos la crónica de las últimas dos películas que vimos ese día como clausura del Festival.

BURYING THE EX

Joe Dante es uno de esos directores con los que la generación de los 80 crecimos, y por eso le tenemos un especial cariño.  Pero siendo sinceros con nosotros mismos debemos reconocer que su filmografía no está a la altura de su mito. Cierto que de sus manos salieron clásicos como Gremlins, El Chip Prodigioso, Piranha (la original) o Aullidos, pero son clásicos de videoclub y nuestra infancia, no verdaderas piezas de arte. De hecho la filmografía de Dante lleva dos décadas dando tumbos y nos habían prometido que con Burying the Ex el bueno de Dante retomaba el buen pulso. En vez de eso nos encontramos un film cercano al telefilme, con actuaciones, fotografía y guión tan pobres que lo encontramos de lo peor del festival, o como mínimo poco digno de cerrar la edición este año cuando el año pasado tuvimos a Ti West con The Sacrament. Burying The Ex nos cuenta la historia de Max, un friki cuya novia quiere cambiar para que se vuelva ejemplar y olvide sus extraños gustos. Casualidades de la vida  harán que su novia muera justo cuando Max pensaba cortar con ella pues había conocido a la chica de una heladería que si le quería por como es. Cuando su exnovia regrese de entre los muertos convertido en zombie, Max tendrá que aprender a creer en si mismo y romper con el zombie de su ex si realmente quiere estar con la chica que quiere. Como veis con un argumento así lo único salvable podría ser el humor pero desgraciadamente Burying the Ex termina siendo una insufrible comedia negra de lo más bajito de su género.

TUSK

Y si hablamos de clásicos de videoclub, es ineludible la presencia del director con el que cerramos nuestro particular Sitges 2014: Kevin Smith. El director de clásicos como Clerks, Mallrats o Persiguiendo a Amy está encantado con Sitges desde que triunfara con su film Red State en 2011. El mismo fue quien insistió a llevar su último y delirante film Tusk a esta edición de Sitges aunque fuese fuera de concurso. Y menudo delirio. Tusk en una completa ida de olla del director.  Wallace Bryton, un popular podcaster aficionado a contar historias curiosas es invitado a un remoto poblado para hacer una entrevista a un extraño personaje llamado Howard Howe. Este comienzo que nos recuerda linealmente al comienzo de la novela de Dracula pronto se torna en grotesco cuando se descubren las verdaderas intenciones de Howe: convertir a Wallace en literalmente una morsa y así recuperar al único amigo real que tuvo en vida. Su obsesión por recuperar a su preciado amigo le llevará a someter a Wallace a terribles torturas y amputaciones para transformarle poco a poco mientras su amigo y novia inician desesperadamente su búsqueda con la ayuda de un extravagante investigador interpretado por Johnny Depp.  Tan disparado guión tiene en Michael Parks interpretando al enigmático Howard Howe su máximo potencial.  Tanto el personaje como el actor están brillantes y uno solo lamenta que el film se pierda en la absurdidad y el sinsentido, como en la escena de la batalla entre morsas. Muy aclaratorio son los títulos de crédito dónde escuchamos a Kevin Smith ideando desde su podcast el guión del film entre risas demostrando la gran broma que es.  Un cierre de festival con bastante humor y delirio para nuestras agotadas mentes deseosas ya del próximo Sitges.

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