Pensad en Bola de Drac (sí, tiene que ser la versión catalana). Bien. Ahora concentraos en Vegeta, el príncipe de los supersayans. ¿Lo tenéis? Perfecto. ¿Escucháis su voz? Ese timbre un poco nasal con el deje chulesco que lo caracteriza. Pues detrás de esta voz maravillosa hay un actor y guionista de un pueblecito de la Catalunya Central, que es más conocido por su voz que por su aspecto. Él es Joan Sanz, y ahora que Vegeta está de vacaciones (al menos hasta que llegue a nuestras pantallas Dragon Ball Super) se ha puesto creativo para idear el argumento original de Mil coses que faria per tu (Mil cosas que haría por ti), con cameo incluido. Y del papel a la pantalla de la mano de Dídac Cervera, un joven cineasta salido de la ESCAC que estrenó (junto con 11 alumnos más) Los inocentes en el Festival de Sitges del 2013. Dídac ha dirigido el film, que se estrenó el pasado 2 de junio, y ha elaborado el guión junto a Joan Sanz. Y de todo ello ha salido una comedia romántica con un ligero toque de surrealismo, mafia, ladronzuelos, detectives, persecuciones y un Rolex de oro que traerá muchos problemas.
Con unos créditos iniciales al estilo cómic en amarillo y negro empieza Mil coses que faria per tu, y vemos a Peter Vives (a quien conocemos por Barcelona, nit d’estiu o Volare) corriendo hacia nosotros como si lo persiguiera el mismísimo diablo y rompiendo la cuarta pared, juego al que se acogen los otros protagonistas durante toda la película hablando directamente al espectador. A partir de aquí empiezan los flashbacks y el relato de cómo ha llegado a esta situación el pobre Daniel (Peter Vives). Resumiendo: Daniel ha perdido el Rolex de oro que le regaló su novia Mónica (Iris Lezcano); esto es la gota que colma el vaso de la paciencia de la muchacha y lo deja. Entonces Daniel, siguiendo los consejos de Elies, estudiante de psicología (interpretado por el humorista Peyu) que se mete en el subconsciente de su amigo, decide encontrar el reloj y así recuperar el amor de Mónica. A partir de aquí, lío tras lío hasta el desenlace final. Dídac Cervera ha trabajado mucho el guión inspirado, como cuenta él mismo, en las comedias de Woody Allen, y así lo vemos con diálogos ágiles, fluidos, histriónicos a ratos y llenos de humor. Los protagonistas sólo pausan sus conversaciones para comentar la jugada con nosotros y hacernos cómplices de los líos entre mafia y policía en los que se mete Daniel casi sin darse cuenta. Y todo por amor.
Toda la película está bañada con un filtro algo amarillento que da la sensación de film vintage de polis y cacos, pero aun así nada retro. Los escenarios contrastan entre sí: el pisito super cuqui de Mónica, la casa minimalista y moderna de Elies o el piso barroco, dorado y recargado de la prestamista que interpreta con su salero innato Carmen Barrios (Carmina o revienta). Jordi Vilches hace de hijo enclenque de Carmen y nos sirve escenas delirantes de risa. Los policías son Carles Sanjaime y Cristina Brondo, que juegan a ser el poli malo y el poli bueno respectivamente, y cierra el elenco Boris Ruiz, el actor perfecto para hacer del mejor ladrón del barrio.
Mil coses que faria per tu es un film ligero y fresco para ver durante una calurosa y sofocante tarde de verano en una sala de cine pequeña y con el aire acondicionado refrescándonos. Además es cortita, cosa que hoy en día parece una rareza, (mal)acostumbrados como estamos a películas de dos horas como mínimo. Noventa minutos de diversión sin pausas ni escenas eternas y melodramáticas que pasan casi sin darte cuenta. Una apuesta fácil y segura para este verano que se presenta meteorológicamente infernal.