Para esta edición del Festival de Cine Fantástico de Cataluña, Sitges 2014, el tema escogido ha sido el mundo onírico y en su cuarta jornada hemos encontrado uno de los títulos más oníricos de lo que llevamos de festival: Réalité. Pero la jornada tuvo hueco aun para grandes sorpresas como The Voices, también pudimos ver el thriller alemán Stereo y dos piezas de terror muy distintas entre sí: Honeymoon y The Canal.
THE VOICES
Empezar el día con Satrapi y una comedia dramática no tiene precio. The Voices nos relata la vida en una pequeña ciudad de Jerry, un chico que habla con sus mascotas, un perro y un gato, quienes adoptan posiciones de ángel y demonio respectivamente a lo largo de la historia. Su vida se resume en trabajar en la sección de embalajes de Milton, empresa local, y alimentar a sus amigos. Hasta que un día las cosas se tuercen y acaba cometiendo varios delitos. La película combina a la perfección la diferencia estética entre la realidad y lo que la mente del protagonista ve. Así de esta manera la vida de Jerry está llena de colores saturados, luz, limpieza generalizada e incluso las heridas dejan de sangrar y son bellas. Pero en la vida real los colores son frios, el apartamento de Jerry es un vertedero de escombros y sangre de sus crímenes. A pesar de ser una muy buena comedia negra, The Voices no esta exenta de momentos duros e incluso con contenido bastante violento, pero toda la sangre y el drama parecen olvidarse con su increíble final musical rebosante de felicidad y colorido. Un final brillante que realza aun más un film que se disfruta desde el primer hasta el último minuto.
STEREO
Maximilian Erlenwein dirige este film dónde nos volvemos a encontrar con el tema de voces interiores pero de manera no tan directa como The Voices. Erik es un mecánico que recientemente se ha instalado en una zona rural de Alemania para vivir una vida tranquila con su nueva novia y la hija de esta. Un día empezará a tener extrañas visitas y el seguimiento de un hombre encapuchado que nadie más ve ni escucha. Erik comienza a buscar ayuda a medida que la presión del hombre encapuchado aumenta. El pasado que no recuerda irá saliendo a la luz tras unas sesiones de acupuntura que despertarán su verdadera personalidad durmiente. Erik hará las paces con el encapuchado que le persigue, siendo este su hermano asesinado por su culpa, y decidirá recuperar su posición perdida. Stereo no destaca por tener un argumento muy original pero sí contiene una idea curiosa dentro de una bipolaridad: que la personalidad redimida de Erik sea la falsa y su personalidad violenta sea la original. El film destaca también por su poderío visual con un gran trabajo de fotografía y una estética urbana que bebe directamente del mundo del videoclip.
RÉALITÉ
Quentin Dupieux se está ganando un lugar destacado en Sitges a base de visitar cada año el festival con una nueva rareza. El director francés ha optado esta vez por un film onírico mezclado con grandes dosis de metacine. De hecho resulta una alegría encontrar una cinta así en una edición de Sitges, que a pesar de tener el marco del onírico como tema, la mayoría de los films optan por el terror. En Réalité la narración onírica se mezcla con la realidad y también con la narración metacinematográfica hasta el punto de llegar un momento de incomprensión total dónde el espectador queda sin un ancla dónde pueda deducir en que narración se encuentra ahora. La locura es tal que llega un momento sublime en que un personaje llama desde un sueño por telefono a otro y este le esta viendo a través de una sala de cine hablando con el. Por supuesto el humor también es una pieza clave del cine de Dupieux, también la estética muy pastel y naif llegando a recordar ciertamente a Wes Anderson. Pero detrás de todo esto, Réalité esconde una crítica intencionada hacia el mundo del cine, los productores y el cine de autor con mucha mala intención y autocrítica. Son numerosas las escenas delirantes en platós de televisión y en el despacho del productor Bob Marshall. Pero también el acto final de la niña que lleva toda la película queriendo ver un VHS (que resulta ser la conversación antes mencionada y todo el film en sí) y tras verlo decide tirarlo a la basura. Porque al final Quentin también se rie del cine demasiado sesudo como su propia película y como no hay que tomarla ni remotamente en serio.
HONEYMOON
Sosería romanticona que busca la ciencia ficción quedándose en una película floja donde lo importante es el final a base de luces que inyectan extraños organismos en el útero femenino y te anulan la personalidad. Esto es Honeymoon. Bea y Paul son una pareja de jóvenes recien casados que van a pasar su luna de miel en la cabaña que tiene la familia de ella en el bosque, huyendo de la ciudad. Toda la primera parte de la película se hace eterna: los momentos amoroso-sobones inundan toda la escena y se repiten para dejarnos claro que se quieren mucho, muchísimo. Ellos dos son estupendos: guapos, jóvenes y atentos con la pareja. Una de las noches, a Bea le da por salir de la casa y Paul la encuentra desnuda delante de un arbol en el bosque. A partir de ahí todo cambia para los chicos: ella va dejado de ser quien era y se vuelve fría. Todo el cambio nos queda también bastante claro ya que es radical. Pues bien, esta segunda parte también se hace eterna: Paul irá viendo como Bea olvida más cosas de su relación y hará un esfuerzo en vano para intentar refrescárselos. Lo mejor de la peli es la escena del baño y la cama, un momento vamos a decir gore de sangre y automutilación, pero es verdad es el mejor momento. Y lo peor es que termina con el halo de luz y quien está detrás llevándose a la chica.
Un drama amoroso – sobrenatural que nos dejó bastante fríos, eso sí, no recomendable para recién casados, tampoco se trata de herir sensibilidades.
THE CANAL
Las sesiones nocturnas parece que son ideales para cualquier película de terror que lleve en su guión un alto número de sobresaltos y con la que consigan asustar al espectador. Esta premisa es facil de conseguir si hablamos del festival. Pues bien, The Canal era una de las que prometía dar pero que se ha quedado a medio camino. La película trata sobre la familia Williams, Alice y David, uno padres jóvenes que se mudan a una antigua casa victoriana. Al cabe de unos años, le llega a David una cinta que debe visionar, en ella descubre que en su casa se cometieron unos terribles asesinatos a principios del siglo XX. A partir de ese descubrimiento y la sensación que su mujer le es infiel empezará a tener visiones que le harán perder el sentido cada vez más. Lenta en su principio, jugando a doble cara entre lo que sabemos y lo que realmente sucede, The Canal hace que sintamos amor por el hijo y que hasta nos asustemos con las visiones del padre, pero en su consistencia deja mucho que desear. Si ya lo dice el policia «Siempre es el padre. Siempre», pero como buen espectador de cine fantástico esperábamos que no fuera así. Podríamos hablar sobre tres partes en la película: la primera relata la historia personal de la familia hasta la muerte. La segunda el cambio psicológico del padre y como los demás le ven, y la última parte es la locura absoluta. Es el final el que si valoramos con muchas ganas y digno de lo que esperabamos. EL MOMENTO es cuando el espectro sale de la pared, recordando a The Ring, y por fin nos sentimos dentro de una película de terror. Lástima que sea casi el final.
Y resulta que salimos de la sala pensando que todo ha sido una historia de amor familiar, porque al final la familia sigue unida. Pues lo dicho, nos ocultan una película de terror detrás de este thriller psicológico barato.