DocumentaMadrid 2015 Día 1

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El DocumentaMadrid abrió ayer las puertas de su 12ª edición volviendo a llenar el espacio de la Cineteca del matadero de Madrid con los mejores documentales nacionales e internacionales. Un festival ya consagrado en la capital que fue pionero en apostar por el genero documental a un alto nivel internacional. Para abrir su 12ª edición se escogieron los films Chante Ton Bac d’Abord y Malpartida Fluxus Village para inaugurar su sección oficial y su sección Panorama del Documental Español respectivamente. Nosotros escogimos el film que inauguraba la sección nacional para iniciar nuestra crónica del DocumentaMadrid 2015.

MALPARTIDA FLUXUS VILLAGE

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El documental de la joven María Pérez nos traslada hasta Malpartida de Plasencia, un pequeño pueblo del norte de Extremadura que se antoja como un oasis del arte contemporáneo gracias a la presencia del museo que recoge la obra del artista multidisciplinar alemán Wolf Vostell. Un hecho asombroso en una aldea de menos de 5000 habitantes que sirvió de hogar del artista poco convencional en sus últimos años de vida. Vostell encontró en Malpartida un lugar idóneo dónde crear un museo dedicado a su obra y al movimiento artístico Fluxus. Los aldeanos de Malpartida que recibieron a Vostell en los años 70 no pudieron no recibir al controvertido artista y sus extravagantes performances con incredulidad y sorpresa. Pero con los años el artista se supo ganar el respeto de los malparteños que vieron como el arte moderno llegó antes que el agua corriente. María Perez da voz a los aldeanos de Malpartida que recuerdan al artista, que a pesar de su fallecimiento, sigue marcando la vida del pueblo gracias a la presencia del museo. El documental recupera además material de archivo filmado en los 80 dónde podemos ver la obra de Vostell y sus relaciones con el pueblo. Sin duda algunos de estos documentos son lo más valioso del documental, como la escena de las mujeres paseando solamente vestidas con una peineta de luto mientras persiguen a una tortuga. Pero María Pérez también ha sabido crear momentos cinematográficos personales cómo una fabulosa secuencia musical central dónde vemos pasear un aldeano por el cementerio mientras suena una canción tradicional extremeña sobre un enterrador. La escena termina magníficamente fundiéndose con Vostell paseando cual fantasma en unas imágenes de archivo para después llevarnos a una cena dónde sus conocidos celebran su 80 cumpleaños. Malpartida Fluxus Village camina entre la comedia y el folklore extremeño sin llegar a presentar en si la obra de Vostell ni tampoco la vida de Malpartida. María Pérez parece estar más cómoda dejándose llevar por los nuevos invitados del museo Fluxus que esperan mantener el recuerdo de Vostell y de un movimiento artístico radical que ya no sorprende a nadie a través de tristes performances que ya no incendian a Malpartida. Un final inesperadamente agridulce para una extrañeza única en la historia cultural extremeña.

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