A pesar de haber terminado el Atlántida Film Fest, seguimos desgranando algunas de sus películas. Hoy le toca el turno a Ruined Heart dirigida por el director filipino Khavn y que además cuenta con la fantástica fotografía de Christopher Doyle. Un film que se programó en la sección oficial del festival no sin llamar la atención por su peculiar propuesta.
Hablar de Khavn es hablar de un polifacético artista portavoz de la vanguardia digital de Filipinas. Khavn de la Cruz es poeta, cantente, compositor, pianista y director de cine. Es el director del Festival Internacional .MOV de cine digital y otras vanguardias, de hecho Khavn esta considerado en Filipinas como uno de los padres del cine digital filipino con más de 40 piezas estrenadas por festivales de todo el mundo. Su cine camina entre lo experimental y el documental. siempre buscando ser transgresor al medio y creando personajes extremos que sobreviven en escenarios suburbanos. Ruined Heart nos trae una habitual historia que bebe del cine negro pero ambientado en unos jóvenes de filipinas que viven enlazados al mundo de la delincuencia y la droga. Nada demasiado original, salvo el escenario y la narrativa del film. Hay que aclarar que Ruined Heart es una ampliación del cortometraje que el director presento en la Berlinale de 2012. Al igual que el cortometraje, Khavn prefiere emplear música y ambiente frente a diálogos. De esta manera durante 70 minutos parecemos estar inmersos mas cerca de un monumental videoclip que de una convencional película. De hecho los dramas y giros del ascenso y la posterior caída de estos jóvenes en el mundo de la droga son ya bastante habituales en los vídeos musicales. También son habituales del género del vídeo musical el tipo de montaje, dinámico y lleno de cortes que buscan dejar sin aliento al espectador. Los pocos diálogos que tiene el film apenas son audibles o lo suficientemente evidentes para no tener que llevar ni siquiera un subtitulo. Un hecho que evidencia las pretensiones creativas de su director. Pero Khavn no hubiera conseguido impactar tanto con su film sin la impagable colaboración de Christopher Doyle, el fantástico director de fotografía de los primeros films de Wong Kar Wai. Su influencia en Ruined Heart la dota de imágenes sublimes y planos secuencia que elevan todo el apartado estético de Ruined Heart a otro nivel que marca una diferencia ante otros films experimentales del festival. Un magnetismo visual hipnótico con reminiscencias al cine de Wong Kar Wai que salvan al film de Khavn de la Cruz de consumirse en su propio concepto. Posiblemente Ruined Heart decepcionará a los que busquen solo una imitación al cine de Wong Kar Wai, sin embargo 70 minutos no son demasiados para no dejarse llevar por esta deliciosa locura visual y musical.