Brillantina, Pasarelas y Demonios de Neón

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Desde la irrupción de Drive, el nombre de Nicolás Winding Refn se ha grabado con luces de neón en nuestras vidas. Su cuidada apuesta estética nos sedujo tanto como su música, ritmo y múltiples referencias cinematográficas, convirtiéndola en una de las mejores películas de 2011. Si el rotundo éxito de Drive no se repitió con Solo Dios Perdona, quizás fue por esperar que al repetir con Ryan Gosling cómo protagonista estábamos ante una secuela de su más exitosa obra. Sin embargo, cuanto más separas Drive de Sólo Dios Perdona, más brilla está última con fuerza propia. Solo Dios Perdona era una suerte de pesadilla oscura dónde Winding Refn homenajeaba al cine de uno de sus grandes mentores y amigos, Alejandro Jodorowsky, adaptándolo a su propio imaginario personal. Nicolás Winding Refn ha regresado este 2016 con The Neon Demon, una nueva apuesta estética y personal que ha levantado tantos elogios como críticas.

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The Neon Demon comienza con explosiones de brillantina envuelta en una música electrónica contundente para adentrar nuestros sentidos en la historia de Jesse: una ingenua modelo que se escapa a Los Angeles para trabajar en el mundo de la moda. Su aspecto virginal y su minoría de edad pronto la convierten en una prometedora estrella tan envidiada como fácilmente manipulable. La carrera de Jesse se verá marcada por el triángulo que forman a su alrededor Ruby, Gigi y Sarah, tres veteranas que prefieren atar en corto el despegue de la joven modelo a verse pisoteadas por ella. Cuando el mundo de la moda pervierta con su moral a Jesse, llegando a transformarla completamente, verá como su ascenso no estará privado de viscerales consecuencias.

Si bien el la historia de The Neon Demon puede parecer tan tópica como esperable, Nicolas Winding Refn consigue añadirle un apabullante estilo visual lleno de metáforas estéticas y simbolismos que consiguen volver a hipnotizarnos desde sus primeros minutos. La crítica que realiza Nicolás al mundo de la moda es tan aplicable a éste como al mundo del cine, también ubicado en Los Angeles y que siempre ha gozado de la misma frivolidad. Brujería, vampirismo y hasta canibalismo van cubriendo en distintos niveles las luces de neón que giran alrededor de unos personajes tan planos como siniestros, ya que sus deseos les llevan a ser capaces de realizar todo tipo de excesos. Un mundo hostil y peligroso que envuelve a Jesse y la deja en una posición vulnerable e indefensa durante todo el fin. Winding Refn nos propone un lenguaje visual muy rico y tan personal como repleto de referencias al cine de Jodorowsky y David Lynch. The Neon Demon no deja de ser otro film sobre el sueño americano aplicado al mundo de la moda, pero que al pasar por el filtro de Winding Refn se deforma y embrutece hasta asistir a la devoración literal de una estrella. Muchos criticarán la resolución de su historia, o los excesos visuales de su director; para nosotros sin embargo The Neon Demon, nos ofrece justamente lo que esperamos: exceso y surrealismo a favor de nuestro disfrute.

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