El miedo a recordar en ‘La propera pell’

A parte de zombies, payasos maníacos y asiáticos locos, en el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges también encontramos películas que invitan a la reflexión y a una mirada más introspectiva sin necesidad de sangre a borbotones ni festines de cerebros. Este es el caso de La propera pell, de Isaki Lacuesta e Isa Campo, que viene avalada por los seis galardones que se llevó en el Festival de Málaga (Dirección, Actriz, Montaje, Especial del jurado, Premio de la crítica y Jurado joven). El elenco cuenta con la mitad de los Pulseras Rojas: Àlex Monner, Igor Szpakowski y Mikel Iglesias, que año tras año demuestran que han creado un buen grupo de actores que trabajan muy bien juntos; una enorme Emma Suárez y el siempre salvaje Sergi López.

Àlex Monner interpreta el protagonista de la cinta dejándonos con la duda hasta el último minuto de quien es realmente. Él es, en principio, Leo, un chico que no recuerda nada de su infancia desaparecido ocho años atrás, que es devuelto a su familia (a su madre, interpretada por Emma Suárez) en un pequeño pueblo del Pirineo, donde lo conocen como Gabriel. Allí se reencuentra con antiguos amigos y en especial con su tío, a quien da vida Sergi López, y con su primo, interpretado por Igor Szpakowski. Este reencuentro es el inicio de las dudas sobre si es Leo o si es Gabriel, el auténtico hijo desaparecido. Dudas que no tiene en absoluto su madre, que cree con los ojos cerrados —o quiere creer— que el chico es Gabriel, pero que sí las tienen su tío y su primo, y por tanto, también el espectador. Todo el relato juega con pistas ambiguas sobre la vida pasada de Leo/Gabriel y con el miedo a recordar que envuelve a los personajes, como explicó Isa Campos. En un pueblo pequeño todo el mundo se conoce y todo se sabe, y hay cosas que nadie quiere recordar para no volver a sufrir, hasta llegar al extremo de negar el pasado e inventar uno de nuevo sin dolor.

Y en este entramado de vidas reales y fabuladas se esconde la verdadera razón del olvido, una razón dura y cruel que nos muestran Isaki Lacuesta e Isa Campos con contundencia en pocas pero efectivas imágenes, y aún menos palabras. Esta es precisamente una de las virtudes del film, como comentó Igor Szpakowski en el Q&A: la importancia del gesto, el movimiento, el contacto y la expresión corporal antes que la palabra. Lo más fácil es comunicarse hablando, pero cuando las palabras duelen no queda otra que expresarse con el gesto. Por esto La propera pell es una película muy física para todos los protagonistas, que se comunican con palabras pero dicen más aún con la expresión no verbal. Para jugar a ser Gabriel o Leo, Àlex Monner explicó que se ayudó del idioma —catalán o francés—, y con esto logró construir dos personajes y dos vidas paralelas, de las cuales sólo una será la verdadera en el momento del despertar del pasado, que aunque doloroso, es real y no se puede esconder para siempre. Durante los créditos finalmente atas cabos y te das cuenta de hasta qué punto el cerebro tiene mecanismos para blindar el dolor y las estrategias tras las que se escudan los protagonistas para escabullirse de este dolor. Pero el peso del pasado siempre acaba por hacer salir los fantasmas, a los que te tienes que enfrentar tarde o temprano.

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